jueves, 7 de noviembre de 2013

Francisco Villaespesa Martín,Poeta Almeriense.

Francisco Villaespesa Martín (Laujar de Andarax, Almería, 15 de octubre de 1877 - Madrid, 9 de abril de 1936), poeta, dramaturgo y narrador español del Modernismo. Nació en la Alpujarra, Almería, un quince de octubre, no un catorce, como se suele creer; este paisaje impregnado de historia y exaltador de los sentidos marcó profundamente su obra; en su homenaje la Biblioteca Pública Provincial de Almería, sita en la capital, lleva su nombre. Inició estudios de Derecho en la Universidad de Granada, pero a los 20 años, en 1897, los abandonó y marchó a Málaga, donde se unió a la vida bohemia de Narciso Díaz de Escovar, Ricardo León y Salvador González Anaya. Ese mismo año continuó su vida bohemia en Madrid, donde subsistió dedicado al periodismo y colaborando en numerosas revistas y diarios. Allí frecuentó las tertulias (Café de Levante y Fornos), donde conoció a Eduardo Zamacois, Alejandro Sawa, Catarinéu, Fernández Vaamonde y a todos los demás del grupo de la revista Germinal donde publicó sus primeras obras. Dio a la imprenta su primer libro de poemas Intimidades (1898) y conoció a su futura esposa, Elisa González Columbio, que moriría en 1903 y le inspiró algunos de sus libros más queridos, por ejemplo Tristitiae rerum (1906). Fundó revistas de corte modernista como Electra, La Revista Ibérica y La Revista Latina. El gran éxito de su pieza El alcázar de las perlas (1911) le abrió las llaves del teatro. Viajó por Portugal e Italia y se estableció durante más de diez años en América Latina; allí conoció a multitud de poetas y miembros de la intelectualidad local. Admirador del poeta nicaragüense Rubén Darío, fue su mejor y más fiel discípulo en la estética del Modernismo que ambos procuraron impulsar en España. Fue un poeta de obra torrencial y extensísima: más de cincuenta libros de poemas publicados y varios inéditos. También escribió varias novelas, y piezas teatrales tan populares como El alcázar de las perlas (1911) o Aben-Humeya (1913); su teatro es en su mayoría de naturaleza histórica, y en él domina la gran escenografía y el lujo formal. Sus primeros poemarios (Intimidades, de 1898) y Luchas, de 1899) presentan fuertes reminiscencias del Romanticismo tardío de José Zorrilla (musicalidad, temas orientales) y del Colorismo de Salvador Rueda. Con La copa del rey de Thule (1900) se insertó decididamente en el Modernismo, de cuya renovación poética fue el más temprano portavoz y principal artífice. En efecto, invitó a Juan Ramón Jiménez a ir a Madrid a "luchar por el Modernismo" y, como éste más tarde le recordaría, fue "el paladín, el cruzado, el púgil del modernismo". No obstante, a pesar de la importancia capital que logró adquirir en el contexto literario del novecientos, la obra del poeta, dramaturgo y novelista almeriense ha llegado hasta nuestros días difuminada por el olvido de los lectores y la escasa atención editorial y académica que ha venido padeciendo durante décadas. Sus libros más importantes coinciden con los primeros años de siglo. A partir, aproximadamente, de 1906 surge en sus versos una nota orientalista que explotará hasta la exageración. Entre otros libros poéticos destacan Bajo la lluvia, 1910; Los remansos del crepúsculo, 1911; Andalucía, 1911. En la capital amista con Antonio Ledesma Hernández y Francisco Aquino y colabora en la prensa almeriense: La Crónica, La Provincia, El Ferrocarril. En una segunda etapa madrileña empieza a publicar en Revista Nueva y La Vida Literaria, además de afrontar la dirección de El Álbum de Madrid; se relaciona con Pío Baroja, Azorín, Ramiro de Maeztu, Valle-Inclán, Jacinto Benavente, Mariano Miguel de Val, Salvador Rueda, Amado Nervo y el mismísimo Rubén Darío. Aquejado de arterioclerosis, de insuficiencia gástrica y de hipertensión, entre otros achaques, enfermó gravemente en 1930 cuando se hallaba en Brasil, y volvió a España, donde sus males se agravaron en 1933; falleció en 1936.

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